Mientras se encontraban sin profesora niño es humillado por compañeros de curso.
En la sala de clases y paradójicamente en la hora de religión, niño de sexto básico del colegio Novo Mundo es avergonzado por tres compañeros quienes le bajaron el pantalón frente a todo el curso y en ausencia de la profesora Alejandra Ramírez quien se encontraba en el baño.
El menor llorando toma su mochila y sale corriendo de la sala pero es sorprendido, en el pasillo por una auxiliar de aseo del colegio quien lo lleva de vuelta a la sala, enterado el inspector general Ricardo Aravena, cita a las madres de los tres niños. El menor agredido llega a su casa diciéndole a su madre que no quiere volver a ese colegio, que no insista en mandarlo. La madre se dirige a la casa de uno de los niños para hablar con su mamá, pero ésta no está el menor se encuentra al cuidado de un tío, quien ignora lo sucedido en el colegio.
Frustrada la madre acude al colegio y tras unos largos minutos de espera, es atendida por el inspector Aravena, quién como solución le propone cambiar al niño de curso o que pase los recreos a su lado, como si el menor fuera el problema, teniendo anteriormente antecedentes de mala conducta de los tres alumnos.
Al comunicarle la madre que el niño no quiere volver al colegio, el inspector le dice, que no venga mañana que vuelva cuándo se le pase la rabieta, al escuchar esto la mujer no puede creer con la ligereza que toma el caso de abuso.
La madre le recuerda al inspector Aravena, que muchas veces su hijo le dio aviso, de que sus compañeros lo molestaban y que la humillación de la cuál fue objeto su hijo, pudo haberse evitado si las autoridades del colegio pusieran más atención en los alumnos. Finalmente los tres alumnos fueron suspendidos de clases por dos días, por lo cual fueron retirados por sus madres.
Lamentablemente el bullying va en aumento, los niños y adolescentes están cada día más agresivos y a veces las agresiones entre los alumnos son aminoradas, o derechamente las autoridades de los colegios callan los hechos de violencia dentro del plantel y hacen vista gorda a lo que pasa fuera, aunque esto sea en la puerta del establecimiento. Pero para ser justos, no toda la responsabilidad es de los colegios, ya que es en el hogar principalmente donde deben entregarse los valores, que finalmente harán buenos niños y mejores adultos.
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