miércoles, 13 de julio de 2011

JARDINES DEL TERROR


Cada vez que pasa una tragedia en algún jardín infantil, la reacción mas inmediata es la   rabia, la impotencia y muchas más formas  de rechazo a la manera en que las parvularias o personal a cargo de los infantes tienen,  equivocadamente como una adecuada atención,  lo que más llama la atención es el escaso control de las personas con una formación  profesional y que aún sin ser ellas las causantes de los abusos son corresponsables  por omisión y descuido, nosotros los padres también tenemos algo de culpa al no investigar quienes componen el personal que tendrá la misión de cuidar a lo más preciado en nuestras vidas que son nuestros hijos. Lamentable han sido los casos que ocurrieron en dos jardines de Quilicura que por suerte las autoridades y principalmente con la intervención del señor alcalde don Juan Carrasco el personal abusador fue sacado de sus funciones, pero quién nos asegura que esas personas no sigan cometiendo abusos en otro establecimiento en donde las autoridades no tengan fiscalización.
Los chilenos estamos agradecidos de la cobertura que dejo la presidenta Bachelet en cuanto a jardines infantiles pero el mantener esa obra nos pertenece a todos y el análisis que se hizo para crearlos fue la respuesta a las miles de madres que son parte del sistema productivo y que además son jefas de hogar. Un párrafo especial merece también la desafortunada omisión y descuido de la parvularia de Huechuraba que con su actuar negligente destruyó una familia que ni en sus peores pesadillas pudieron imaginar la partida tan tempranera de su hijo, lo antinatural que es un acontecimiento de esta magnitud y el saber que es un viaje sin retorno el que realiza un ser indefenso, desprotegido incluso por la persona en la que depositaron toda su confianza solo resta darle a los padres el más sincero voto de apoyo y decirles que muchos padres estaremos atentos y vigilantes para que no tengamos que lamentar casos tan dolorosos no solo para una comuna sino para una sociedad que se cree semi desarrollada pero que aún tiene rasgos de barbarie en algunas personas.

Jorge Reyes Ponsot


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