El edil nos cuenta por qué persiguió este cargo, qué ha significado para su familia y de sus momentos más duro como concejal.
Después de salir electo alcalde, Juan Carrasco, de 44 años, estuvo cuatro días sin dormir por la responsabilidad que significaba el cargo. Al principio también estuvo confundido: “Me costó acostumbrarme al cambio de concejal a alcalde”, cuenta. Sin embargo, se habituó rápidamente, y se puso “metas muy altas con soluciones rápidas”.
-¿Qué fue lo mas difícil de comenzar como alcalde?
-Pensé que podía solucionarlo todo de una vez y eso me traicionaba permanentemente, y eso me decepcionaba, pensaba "¿cómo nos vamos a demorar tanto?". Pero la gente ha tenido mucha paciencia, muchos han entendido sin conocer la administración. Me resultaba raro que la gente entendiese cuántas deudas habían, o por qué no habían medicamentos en el consultorio, el déficit económico, la cantidad de deudores. Fueron momentos muy duros. En esos momentos llegó el terremoto, pero aquí fueron fundamentales los dirigentes en la repartición de especies, en la distribución de las tareas, en el estar en la pelea y, soy sincero, el no haber contado con ellos nos hubiera costado el doble limpiar la comuna.
-¿De que complicaciones habla?
-Cuando comenzaron a cometerse injusticias y agresiones hacia mi persona por parte de la antigua administración.
-¿Fue en ese momento que pensó ser alcalde?
-Sí. Comprendí que debía hacer algo, porque yo era capaz de defenderme y recibí el apoyo de la gente que me conocía. Ese día decidí que iría como alcalde.
-¿Tuvo algún empleo anecdótico antes de la alcaldía?
-En el Mercado Central fui vendedor, cargador y lavé platos en mi juventud. Mi señora me ayudaba después de sus clases.
-¿ Que rescata de su niñez?
-Polpaico, Cerro Blanco, dejar la bicicleta en la calle y que no pasara nada, el hilo en la puerta que te permitia entrar a la casa de tus vecinos sin ningun problema. Una infancia sana, sincera y muy linda que no voy a olvidar.
-¿Qué es lo más doloroso que le ha tocado vivir?
-La partida de Roberto Puebla. Él fue mi guía, mi apoyo. El dolor me consumió en algún momento, y en honor a él tengo un jardín infantil con su nombre ubicado en Los Molinos.
-¿Le gustaria que esto fuese una carrera familiar?
-No, para nada. Ha salido el tema en conversaciones familiares y han acordado que no es bueno.
-¿Por qué como independiente?
-Por tener libertad para tomar mis propias decisiones y no pelear con nadie.
-¿Que trabajos realizó antes en el municipio?
-Fui presidente de la Asociación de Funcionarios del municipio, luego concejal y ahora alcalde.
-¿Cuál es el mayor logro que le gustaría obtener en su período?
-La felicidad de mis hijos. Que cuando salgan a la calle se sientan orgullosos de su entorno y vea una comuna mejor.
-¿Ha podido organizarse entre el municipio y su vida familiar?
-Poco, pero he tratado de involucrarlos, así evito comentarios a veces mal intencionados y que los pueden afectar.
-¿En algún momento le gustaría cambiar de comuna?
-No, me encanta el lugar. Cuando salgo y vuelvo a ella, en la entrada veo a mi comuna desde lo alto veo los letreros. Me siento parte de todo.
-¿Sería alcalde de otra comuna?
-No, para nada. Según como me vaya, otros niños de mi clase social, van a poder acceder a ser alcalde. Trabajo para las futuras generaciones; es más, nunca habíamos elegido a un quilicurano que viva aquí, a quien pueda compartir contigo. El otro día, una señora me vio en la fila de una panadería y me dijo que no creía que vivía aquí, para ella era como raro. Mis huesos quedaran aquí, para eso estoy arreglando mi cementerio… ja ja ja!
Rosa Vásquez. Marlenne Bugueño. Viviana Barrera. Álvaro Vargas. Oscar Aedo. Claudio Caro
